El artista holandés Berndnaut Smilde se ha especializado en
arte efímero en una de sus modalidades más extremas. Porque pocas cosas hay tan
efímeras como las delicadas nubes.
Lo que hace el artista es reproducir a pequeña escala lo que
la naturaleza compone en el cielo. Y no lo hace en cualquier lugar, sino en
entornos majestuosos como el interior de iglesias o museos.
Para que surja la magia, satura la habitación con humedad y
luego rocía el aire con pequeñas partículas en las que se condensa el vapor de
agua. El resultado es espectacular.
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