A mediados de 1986, Soda Stereo era la banda del momento
dentro del panorama del rock nacional. Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly
Alberti impusieron su estilo.
Luego de Nada Personal, su segundo disco, se tomaron unas
vacaciones y viajaron a Europa y a Estados Unidos. En el viejo continente
vieron a bandas como The Cure, Simple Minds y Echo & The Bunnymen. “Fue muy
importante y nos permitió plantear un poco cómo iba a ser nuestro siguiente
trabajo. Fue una experiencia muy fuerte”, comentó Zeta.
De regreso en Buenos Aires, comenzaron con los ensayos. Las
primeras canciones nacieron en una grabadora de Gustavo. “Soy una especie de
camaleón. Me siento muy raro, como en este disco. Venía con una idea totalmente
distinta a lo que salió. Yo quería rock and roll, otra cosa y no me salía”,
reconoció Cerati en una entrevista en enero de 1987.
Oscar Sayavedra, coordinador de producción del grupo,
descubrió las primeras melodías de una forma curiosa. “Gustavo me hizo escuchar
el primer demo en su viejo Falcon, volviendo de un show en Tigre. Noté su
crecimiento como compositor y como arreglador. Letras más ‘spinetteanas’ y
sonidos más vanguardistas y jugados.
Es considerado por la mayoría de los críticos como el
segundo mejor álbum de la banda, después de Canción animal, de 1990. El ránking
de álbumes del rock latino lo ubica en el Nº 40 de los
mejores discos de todos los tiempos, y la revista Rolling Stone lo sitúa en el
puesto Nº 25 de los mejores álbumes del rock argentino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario