Pepper, un robot humanoide desarrollado por SoftBank
Robotics, ha ocupado varios trabajos desde que llegó al mercado hace dos años.
Anunciado como el primer robot capaz de leer las emociones humanas, Pepper ha
sido desplegado en bancos, tiendas de sushi y hogares de ancianos, donde actúa
como recepcionista, identificando a los visitantes con su software de
reconocimiento facial, ofreciendo información, o simplemente charlando con la
gente. Pero los creadores de Pepper pensaron recientemente otro trabajo para el
robot de ojos grandes: sacerdote budista para los clientes que buscan reducir
los costos funerarios. Nissei Eco, empresa que ha estado involucrada en el
negocio funerario desde el año 2000, lanzó recientemente una nueva campaña
dirigida a clientes con presupuestos ajustados, a quienes no les importa tener
un robot cantando mantras y recitando sutras, en lugar de un sacerdote humano.
El incentivo es bastante atractivo, ya que un servicio fúnebre realizado por el
robot budista Pepper tiene un precio de sólo USD 460, significativamente más
barato que contar con un verdadero sacerdote.
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