En la tranquila aldea canadiense de Horning’s Mills, a 100
km al norte de Toronto, se encuentra la granja de 5 hectáreas de Bruce y Jean
Beach. En la superficie, la tierra parece ser una propiedad rural típica, pero
enterrado en lo más profundo de esos verdes campos se encuentra el mayor
refugio nuclear privado en América del Norte: el Ark Two. El famoso refugio
mide unos asombrosos 930 m², y está compuesto principalmente de 42 viejos
autobuses escolares envueltos en concreto, y enterrados a 4 metros bajo el
suelo. El Ark Two fue diseñado para acomodar a 500 personas durante varios
meses, y está equipado con todo lo que se pueda necesitar para sobrevivir,
desde gigantescos suministros de alimentos, un pozo privado, plomería completa,
generadores de combustible, hasta la silla de un dentista, e incluso una
guardería. Bruce Beach, de 83 años, comenzó el proyecto en 1980 durante el
apogeo de la Guerra Fría, y la construcción se completó en 1982. El hombre
vivía en Chicago y trabajaba como ingeniero electrónico en la década de 1960,
cuando la guerra fría comenzó a escalar, y el miedo a las armas nucleares
estaba llegando a un punto crítico. Decidió mudarse a la zona rural de Canadá
en 1970, considerándolo más seguro que cualquier área urbana en el caso de una
guerra nuclear. “Solía decir siempre que el fin del mundo iba a ser dentro de
dos años”, contó Beach. “Pero ahora digo que pasará dentro de dos semanas, y si
me equivoco, revisaré mi fecha. La gente piensa: ‘Qué chiflado’, y lo sé, pero
no me importa, entiendo que el mundo me mire de esa manera”.
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