Todos sabemos lo largos que se pueden hacer los partidos de
golf: 18 hoyos interminables en los que no hay que perder la vista de la bola.
Por supuesto, pasan las horas y cierta parte entre el suelo y el ombligo
comienza a llenarse de líquido. ¿Qué hacer?, ¿irse tras un matorral perdiendo
de vista al contrario?, ¿marchar a los servicios del club, perdiendo tiempo?
No y mil veces no: ese problema ha sido resuelto gracias a
esta maravilla, el UroClub, aparentemente un palo normal y corriente, pero que
está hueco para que, en una emergencia, podamos “cambiar el agua al canario”
sin perder por un momento detalle del juego. Sólo hay que adoptar una curiosa
postura, ponerse delante una toalla o paño y desahogarse tranquilamente.
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