Cuando el abuelo de Sadam eligió su nombre, hace 25 años, no
tenía ni idea de que un día se convertiría en una enorme carga. Después de
todo, el nombre es muy popular entre los musulmanes de la India, pero debido a
su elección de carrera, está resultando un obstáculo insuperable a pesar de la
pequeña diferencia en la ortografía (Hussain, no Hussein)
Dos años después de graduarse en la Universidad Noorul Islam
como ingeniero marino, Saddam Hussein todavía está luchando para encontrar
trabajo, a pesar de ocupar el segundo lugar de su clase de 2014. Todos sus
antiguos colegas han conseguido puestos de trabajo con empresas de todo el
mundo, pero él sigue siendo rechazado. Tuvo alrededor de 40 entrevistas con
compañías navieras multinacionales, pero todas ellas terminaron en rechazos.
Luego de numerosos fracasos en los primeros seis meses de
búsqueda de empleo, Saddam no tenía ni idea de por qué nadie quería
contratarlo, por lo que decidió ponerse en contacto con el departamento de
recursos humanos de las empresas en las que había aplicado, y algunos
admitieron que tenía que ver con su nombre. “Pregunté entonces en los
departamentos de recursos humanos de las empresas, y algunos me dijeron que el
problema era mi nombre”, contó Saddam. “La gente tiene miedo a contratarme”.
Resulta que tener un empleado que comparte el nombre con el
ex dictador de Irak, puede ser una pesadilla operacional, especialmente cuando
su trabajo requiere cruzar las fronteras nacionales de manera rutinaria.
Convencido de que nunca podría trabajar como ingeniero
marino con un nombre tan problemático, Saddam decidió cambiar legalmente su
nombre a Sajid, pero eso sólo empeoró las cosas. A pesar de sus actuales
documentos (incluyendo pasaporte, credencial de elector y licencia de
conducir), cuentan con su nuevo nombre, en sus certificados de estudios su
nombre todavía aparece como Saddam Hussein. Eso hace que las empresas sean aún
más reacias a contratarlo.
La Universidad se
negó en un principio a cambiar los documentos, así que apeló a la Junta Central
de Educación para el cambio, pero todavía no ha recibido una respuesta. El 5 de mayo tendrá una audiencia con el alto
tribunal del país para solicitar que la casa de estudios cambie el nombre en su
título.
“Soy una víctima inocente de los crímenes de otra persona”,
concluye Sajid.