viernes, 24 de marzo de 2017

Noticias insólitas: Se llama Saddam Hussain y no logra conseguir trabajo.

Cuando el abuelo de Sadam eligió su nombre, hace 25 años, no tenía ni idea de que un día se convertiría en una enorme carga. Después de todo, el nombre es muy popular entre los musulmanes de la India, pero debido a su elección de carrera, está resultando un obstáculo insuperable a pesar de la pequeña diferencia en la ortografía (Hussain, no Hussein)
Dos años después de graduarse en la Universidad Noorul Islam como ingeniero marino, Saddam Hussein todavía está luchando para encontrar trabajo, a pesar de ocupar el segundo lugar de su clase de 2014. Todos sus antiguos colegas han conseguido puestos de trabajo con empresas de todo el mundo, pero él sigue siendo rechazado. Tuvo alrededor de 40 entrevistas con compañías navieras multinacionales, pero todas ellas terminaron en rechazos.
Luego de numerosos fracasos en los primeros seis meses de búsqueda de empleo, Saddam no tenía ni idea de por qué nadie quería contratarlo, por lo que decidió ponerse en contacto con el departamento de recursos humanos de las empresas en las que había aplicado, y algunos admitieron que tenía que ver con su nombre. “Pregunté entonces en los departamentos de recursos humanos de las empresas, y algunos me dijeron que el problema era mi nombre”, contó Saddam. “La gente tiene miedo a contratarme”.
Resulta que tener un empleado que comparte el nombre con el ex dictador de Irak, puede ser una pesadilla operacional, especialmente cuando su trabajo requiere cruzar las fronteras nacionales de manera rutinaria.
Convencido de que nunca podría trabajar como ingeniero marino con un nombre tan problemático, Saddam decidió cambiar legalmente su nombre a Sajid, pero eso sólo empeoró las cosas. A pesar de sus actuales documentos (incluyendo pasaporte, credencial de elector y licencia de conducir), cuentan con su nuevo nombre, en sus certificados de estudios su nombre todavía aparece como Saddam Hussein. Eso hace que las empresas sean aún más reacias a contratarlo.
La Universidad  se negó en un principio a cambiar los documentos, así que apeló a la Junta Central de Educación para el cambio, pero todavía no ha recibido una respuesta.  El 5 de mayo tendrá una audiencia con el alto tribunal del país para solicitar que la casa de estudios cambie el nombre en su título.

“Soy una víctima inocente de los crímenes de otra persona”, concluye Sajid.

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