Son demasiado caras y por eso la empresa
"Lovedoll" quiso acercar su producto a los consumidores. Entonces
abrieron en Inglaterra, el primer prostíbulo de muñecas sexuales. Su valor es
de 2.800 dólares y semejante costo ahuyentaba a la amplia clientela de estas
muñecas. Y al ver que la venta no avanzaba como esperaban, dieron un volantazo:
por sólo 140 dólares la hora y con la posibilidad de elegir a la amante
plástica que más le guste los "amantes" de las muñecas podrán
probarlas de cerca. La experiencia de placer con las chicas de plástico incluye
un cuarto que cuenta con una cama doble, preservativos, lubricantes y, por
supuesto, la muñeca a elección. Al terminar la hora, el cliente, en caso de
quedar satisfecho, podrá adquirir a la muñeca que utilizó. Esto no es la
primera vez que ocurre ya que el año pasado, en Barcelona, abrieron el primer
burdel de muñecas de Europa y también hay una versión colombiana para tener
encuentros sexuales con las mujeres plastificadas.
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